VIAJAR A CHINA, Los inicios.
De Febrero de 2019 es el primer mail que conservo haciendo la pre-reserva, cuando eramos no más de 7 candidatos al viaje. Y salimos hacia China a mediados de septiembre, 12 personas en total. Siete meses, un plazo que sirve para hacerse una idea de lo “pesado” que puede ser organizar un viaje de estas características. Que fundamentalmente se lo ha “tragado” el organizador: Gustavo Cuervo. Pesados son, y a conciencia, los chinos. Antes y durante el viaje.
Europa, España incluso más, son la herencia de viejos imperios que funcionaron en su tiempo, pero dejaron tras de sí una cultura burocrática anquilosada, farragosa. China aún es más antigua como mundo organizado, con la primera dinastía imperial que se remonta 3.500 años atrás; y de ahí que esté plagada de los mismos vicios, y unos cuantos más: nunca estás seguro de que los papeles o los acuerdos económicos, sean los definitivos. Dicen de sí mismos que son “Un País, dos sistemas”, un lema supuestamente vistoso para arropar la reunificación de toda China (la continental comunista más Taiwan, Hong Kong, Macao,...). Lo cierto, en mi opinión, es que lo aplican a lo que quieren y cuando les da la gana, está en su ADN. Idiosincrasia china, y esta frase voy a repetirla mucho.
Y por otra parte también hay que reconocerles, que lo que llamamos aquí “gente de a pie”, son en general de una simpatía y ganas de agradar excepcional. Como en todas partes hay personas reticentes con el “extraño”, y seguro que los occidentales somos raros para ellos (aparte de supuestamente ricos a los que hay que ayudar a que vacíen sus carteras); pero por otra parte aun estando muy orgullosos de su pasado, quieren ver, tocar y contactar con un mundo occidental que les atrae mucho, y no tengo duda que los más jóvenes nos ven como expectativa en su futuro. Y para colmo, si eres occidental y viajas en moto, aún más simpáticos les caemos.
En suma, visitando China, acabas comprendiendo de verdad por qué los chinos que viven en occidente son como son.
VIAJAR A CHINA (Para hacer turismo en moto)
Viajar por trabajo / negocios, es otra cosa. Y de turista en un viaje concertado, de “tour operador”, también es otra cosa. No valen como ejemplo.
Supongo que todos tenemos el estereotipo de los chinos como muy disciplinados, ordenados, respetuosos, educados. Sitúate en ese papel si quieres conseguir llegar a China. O no, tu verás. Estas 2 imágenes son tan ciertas como obtenidas en Pekin: repartidores en meeting de su jefe antes de iniciar la jornada laboral, y en la otra, policías de descanso.
Necesitas un Visado para entrar en China. A tramitar en el Consulado General en Madrid o en Barcelona
http://es.chineseembassy.org/esp/lqyw/t1688734.htm.
Si no vives en esas ciudades o tu tiempo es limitado, hay agencias que te lo hacen por un precio módico. El Visado más habitual supone una estancia máxima de 30 días. En la página indicada figuran los tramites, y si decides hacerlo tú, has de solicitar cita previa (imprescindible acudir día y hora que te indiquen) y rellenar un formulario que define muy bien lo que es la burocracia china. En esta página lo encontrarás todo, útil para China o cualquier otro país del planeta que requiera visados.
https://visados.org/forms?formname=Chin ... m+-+ES.pdf
Once páginas a rellenar, y para poder hacerlo necesitas tener al lado tu árbol genealógico, tu historial desde la EGB y laboral, el de tus padres, pareja e hijos, y harás bien si te pones un detective a ti mismo para que te informe de tus vicios ocultos y se los cuentes a los chinos. Y es que esto solo es un ensayo para que te vayas haciendo a la idea de que en cuanto entres en China, el Gran Hermano te vigila cada 25m. Y no protestes, que como turista no te van a dar un Carnet de Turista por puntos como tienen los ciudadanos de la gran República Popular China. Te dejo que imagines, o busques por internet, que ocurre cuando un ciudadano pierde los puntos… Anímate no obstante, eres latino ¿no? Pues eso, los chinos nunca serán capaces de aplicar la picaresca de los latinos para rellenar semejante formulario lleno de absurdos, o moverse a su bola en China indiferentes y pasotas a las miles de cámaras bajo cuyo ojo vas a pasar mientras estés en aquel país.
Y me imagino a un anglosajón, sudando angustiado para rellenarlo. Así se le quedaron los pelos a Mr Trump, y esa manía les ha cogido…
Siguiente paso. Para que te den el Visado has de dejar clarito adonde vas, dónde te hospedas, y como vas a viajar a China. Es decir, no tienes ni idea si te van a dar el Visado, pero debes tener billetes de avión, y reservas de hotel. La buena noticia es que si vas a estar 20 días por ejemplo, no necesitas reservas para todas las noches, con alguna vale, uff, menos mal, que amables y tal. Y el avión, pues oye, esperas a tener el Visado y entonces reservas, pagando el triple que si lo hubieses reservado con antelación; porque el Visado lo tienes que tramitar con menos de 3 meses de antelación, y puede lo tengas 2 meses antes, o no, te puede faltar el segundo apellido de tu madre o cuantos años estudió en el colegio ese que pusiste…
Ah, y ni se te ocurra decir que vas al Tibet, eso es territorio “presuntamente rebelde” y sospechoso cualquier occidental que por libre quiera ir allí. Las medidas de seguridad son allí aún más intensas y no es raro ver al ejército en la calle. O sea, desde aquí y antes de viajar a China, deberás buscar una agencia en Pekin o Tibet que te organice tu estancia en Tibet, incluido el medio de transporte interior con el que vayas a viajar, normalmente de Pekin o Shangai a Lhasa. Si en Tibet pretendes tener una moto, una agencia especialista deberás buscar, y el paquete lo más completo posible de vuelos al Tibet, hoteles y alquiler de moto. Y prepárate para pagar a un posible “acompañante-guía” chino que te adjudicarán y no es gratis, que te irá contando lo que es su obligación (si prefieres, llámalo el “espía del botijo”). La buena noticia en este caso también, suelen ser amables y titulados, con buenos conocimientos de la zona, historia, monumentos, etc. Ellos te esperarán donde hayas concertado, y te facilitarán que tu estancia en Tibet sea como tu esperas.
Bien ya tienes Visado, reservas de hotel a tu llegada, confirmación de la agencia china que te llevará al Tibet, moto, casi todo.
Solo a falta de un pequeño e importante detalle: poder conducir en China.
VIAJAR EN MOTO POR CHINA
Actualmente (año 2019), entrar a China con un vehículo propio es casi imposible. No te extrañe, a estas alturas está demostrado que hasta una parte de los famosos viajes de Marco Polo son un cuento chino. En Internet/youtube y otras redes, puedes encontrar algún caso de personas que han atravesado zonas limítrofes como el Pamir por ejemplo, desde Taiyikistan, o desde Nepal. Son siempre nacionales de países limítrofes con algún estatus especial con China. También puedes encontrar la frustración de muchos occidentales que no han conseguido entrar en China, o simplemente han tenido que esquivarla en su vuelta al mundo con vehículo propio. ¿Y por qué? De alguna forma, la Gran Muralla China sigue existiendo,…y volveremos a ello en otras cuestiones.
La alternativa es alquilar, y tienes a tu disposición prácticamente cualquier vehículo de las marcas más habituales de occidente, Japón, Corea,…y otras chichichentas marcas chinas. En motos puedes tener KTM, Ducati, Benelli, Yamaha, Honda, y por supuesto BMW, ya que la marca alemana fabrica en China o en Tailandia, y tiene convenios de alquiler en los concesionarios. A precios bastante semejantes a los de aquí.
Llama mucho la atención siempre en Asia los millones de “motoretas” que colapsan las ciudades. En China la sorpresa es el altísimo porcentaje de ellas que son eléctricas. Y siguiendo con las motos allí, las grandes motos son aún para minorías y esa falta de costumbre lleva a anacronismos como que las motos no estén permitidas en autopistas (en teoría), o que su preferencia para circular según las normas circulatorias sea al revés que en occidente. Y me explico: tiene prioridad el más grande (camiones, autobuses), y ninguna el más pequeño (el peatón). Justificación: un camión es muy caro, la vida de un peatón no vale nada. ¿Como te entiendes en cruces de carretera, de calles, o pasos de peatones? A bocinazo limpio y haciendo piruetas ¿Y no circulas por autopistas? Por supuesto que sí,… Idiosincrasia china.
Y en carretera, fuera de las ciudades, la conducción es tranquila, al menos mientras no te encuentres obras. En este viaje, y en particular por Tibet, las encontramos por todas partes. Los chinos están haciendo inversiones brutales. ¿Te imaginas estar construyendo un ferrocarril de 600km y todo a la vez? Eso por un lado de un valle, mientras por el otro lado es una autovía y también los 600 km a la vez. Asombroso, en algunos tramos caos, pero lo hacen.
Volvamos al alquiler. No es tan simple como en occidente. De entrada necesitas carnet de conducir. ¿Ya tienes carnet internacional? Pues sepas que sirve para nada. Para nada. ¿Por casualidad tienes más de 60 años? En China eres no apto. Fin,...o acaso no. La R. P. de China todavía no es miembro del “Convenio Internacional de Tráfico”, con lo cual hacen y deshacen, y antes de acabar en un manicomio, la alternativa para el extranjero es,….dejarlo. O tal vez no. ¿Y eso que significa? Buscarse un buen agente, que entienda, maneje,…la idiosincrasia china.
He viajado en moto por Sudamérica, África y otros países de Asia. China es,…otra cosa. Y cuando crees que ya lo sabes todo, llegas a tu destino, el Everest y te encuentras en el parking con un entrañable motero mongol que había llegado hasta allí desde su país, tras más de 6000 km y mimetizado a lo más “rustico” que uno se ha encontrado por esas carreteras del mundo, él, su moto, equipaje y vestimenta. Ese hombre sí era un “crack” que debiera llevar todas las medallas al mérito motero, de lo más agradecido y sensible que he conocido, al margen de las tonterías que a veces decimos entre nosotros. Nos hicimos fotos en grupo, con su moto o las nuestras, no había forma de entenderse en lenguaje hablado, ni averiguar por qué endiablada ruta había llegado desde Mongolia al Everest. Dos horas después me lo volví a encontrar más arriba del Base Camp, yo volvía de caminar unos cientos de metros, lo que aliento me había permitido, y él estaba subido encima del último punto kilométrico en Base Camp, dando aplausos al cielo despejado que permitía ver la gran montaña.
Con un gesto me señalo una roca grande para sentarnos, y ¿sabeis lo que hizo? Invitarme a un cigarrillo. Yo había dejado el tabaco un par de meses antes del viaje, precisamente para ayudar a mi cuerpo a oxigenarse. Aún sueño con ese cigarrillo a 5.300 m de altura. Me supo a teta de la Madre del Universo.
